13 mar 2007

LOS CIRCOS, ACUARIOS Y ZOOLÓGICOS



Los animales que “actúan” en los circos sufren durante toda su vida. En libertad, las vidas de elefantes, leones y tigres, osos, caballos y tantos otros animales son completamente distintas de las que son forzados a llevar en el circo.

Estos animales únicamente salen de sus jaulas durante los cortos periodos de tiempo en los que realizan sus “actuaciones”. En las jaulas enferman psicológicamente ante las condiciones de vida a las que son sometidos, y comienzan a padecer lo que se conoce como “comportamiento estereotipado”, una enfermedad común en animales recluidos en jaulas.

Su esperanza de vida desciende drásticamente debido a la malnutrición, el estrés, la tristeza, la vida en cautiverio y los deficientes cuidados que reciben.
En libertad nunca realizarían los “números” que hacen en la pista. Para conseguir que los aprendan, han de pasar por un adiestramiento basado en el castigo y la repetición, de manera que acaben temiendo no realizar lo que su adiestrador les pida que haga. Cuanto más les cueste aprender o más fieros sean los animales, más castigo recibirán. Látigos, barras de metal con punta de gancho o picas de descarga eléctrica son algunos de los artilugios utilizados para castigarles.

Cuando ya no sean productivos debido a la edad serán vendidos a particulares para obtener un último beneficio o recluidos en jaulas hasta su muerte. Este era el caso de unos leones y tigres que, ya rechazados para el circo, eran utilizados en una finca en Extremadura como blanco fácil para unos cazadores.

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